Con el paso de los
años y el desarrollo de nuevas técnicas y nuevos materiales en la industria,
fueron apareciendo nuevos tipos de anclajes. Estos anclajes, mucho más seguros,
tienen un inconveniente frente a los otros; la longitud de penetración en la roca
es mucho mayor, con lo que el uso de la maza ha disminuido (que no
desaparecido) frente a otro elemento bastante más potente y rápido: el TALADRO.
Los taladros pueden
ser de gasolina o batería, siendo los más habituales los segundos por ligereza.
Los tipos de
anclaje que se suelen instalar hoy en día gracias a los taladros son los
siguientes.
Parabolts.
Al igual que los spits, son anclajes de expansión, pero en este caso es
por anillo y no por cuña, como pasa con los spits.
Aclarar que este tipo de anclajes, denominado “parabolt”, su nombre no pertenece a ningún anclaje, sino a una marca; como ha pasado a lo largo de la historia con otras muchas cosas.
Están compuestos de una
varilla parcialmente roscada, en cuyo extremo acabado en cuña, lleva sobre él
uno o más anillos (doble expansión) metálicos. La fijación a la roca se
consigue al girar la tuerca en la parte roscada de la varilla, ya que todo el
anclaje sale parcialmente hacia fuera, menos el anillo que al tocar las paredes
de la roca se queda en su sitio, montándose sobre la cuña.
En el siguiente dibujo (no a
escala), se representan las diferentes dinámicas a las que está sometido un
parabolt.
Compresión en la zona del expansivo.
Tracción desde la zona del expansivo hasta el final de la tuerca.
Torsión desde la zona del expansivo hasta la
tuerca.
Otra cosa a tener en cuenta es la “zona de
transpiración”. Esa zona no es bueno que esté tapada. Algunos
fabricantes llevan en el parabolt una arandela de goma para rellenar esa zona,
o algunos hacen un pequeño “sicado” para evitar que entre agua, aún será peor.
Ese espacio es “bueno” que
esté libre para que salga la humedad. Da igual que lo sequemos,
la humedad entrará igualmente. La roca es permeable aunque no lo notemos. Si
por ahí no puede salir la humedad, con el tiempo la corrosión afectará en mayor
medida al espárrago.
OJO!!! No todos los parabolts que se parecen son similares !! Ya
hablaremos de ello en otra publicación
Existen diferencias de hasta más de 1.000
kilogramos-fuerza en cuanto a la resistencia sobre modelos visualmente muy
parecidos. Unos segmentos de expansión bien diseñados hacen que el anclaje
agarre mucho mejor durante la fase de apretado de la tuerca y que la fijación
aguante bastante más y durante años los esfuerzos hacia afuera (tracción pura).
Si alguien está
interesado en conocer la manera correcta de instalar un parabolt, aquí les dejo
enlace.
Químicos.
Al no existir presión contra la roca, poseen menos riesgo de rotura de esta, siendo un tipo de anclaje idóneo para todo tipo de roca en especial para rocas blandas.
Son aquellos anclajes
que utilizan sustancias químicas (resinas de altísima adherencia) para fijar
los elementos metálicos, al cual pondremos el mosquetón, a la roca.
El anclaje químico
se va a componer de dos elementos, por un lado el elemento metálico, conocido
como “tensor”, y por otro el pegamento que unirá a este a la roca, “la resina”.
Una vez rellenado el
agujero del taladro de resina, tan sólo hay que introducir el tensor.
Las resistencias de
estos anclajes varía desde los 25oo kg de M10 y 70 mm, hasta los 4ooo kg de la
M12 y 100 mm de longitud.
De los tipos de tensores,
dado que existe una gran variedad, y resinas; hablaremos en otras publicaciones
venideras.
Si alguien está
interesado en conocer la manera correcta de instalar un anclaje químico, aquí
les dejo enlace:
NOTA.
Debemos tener claro todos, que las normativas a día de hoy
sobre anclajes en roca son, como ya se comentó en la primera publicación:
EN 959:1997 y UIAA 123
Para la UIAA 123 les pongo diferentes enlaces de interés:
No hay comentarios:
Publicar un comentario